La situación de malestar e inquietud es creciente en nuestra cultura, cada uno de nosotros desde nuestra
propia mirada, a menudo generamos respuestas rígidas ante realidades cambiantes, a victimizar personas o
entornos, a seguir validando lo que es obsoleto, con todo desde una posición poco facilitadora. Es necesario,
desde nuevas miradas abiertas al análisis de la condición humana, ofrecer coherencia, determinación y
nuevos estilos de conducir la propia vida.